Hoy es 22 de mayo y el mundo sigue ahí. Ayer no hubo fin del mundo, arrebatamiento de cristianos al cielo, ni ningún juicio final tal como lo había anunciado la organización “Family Radio” para el día de ayer. Este era el resultado que esperábamos.
Pero ¿Cómo podíamos estar tan seguros en que no le atinarían a la fecha? Simplemente por que la Biblia enseña que ninguno de nosotros conoce el día ni la hora de la venida de Cristo. Sólo el Padre sabe el día en que ocurrirán todas estas cosas.
Vamos lo que dice la Biblia al respecto:
Ante tan abrumadora evidencia bíblica, no queda otra que aceptar el hecho de que no nos corresponde a nosotros saber lo que está sólo en conocimiento del Padre. Es notable que ni los ángeles, ni aún el Hijo mismo sabe cuando será ese día. Sólo el Padre sabe y nadie más.
No existe excepción a esta regla
Alguno dirá que “pero Dios me reveló”, lo cual sería una excepción, después de todo, Dios puede revelar lo que quiera a quién quiera. Pues en ninguna parte de la Biblia se indica alguna excepción a la regla de la fecha sólo sabida por el Padre. En ninguna parte hay alguna insinuación posible sobre alguna revelación futura a los cristianos sobre esta fecha. No hay nada de eso. En la Biblia, el conocimiento de la fecha del juicio final sólo le corresponde a el Padre.
Al decir “sólo” mi Padre, se excluye inmediatamente cualquier intento de excepción a esta regla. Es definitivo, sólo el Padre tiene el conocimiento de ese día.
El Señor vendrá sorpresivamente
Si ya conociésemos la fecha, el siguiente texto (y muchos otros) queda invalidado:
El Señor viene a la hora en que no pensamos, es decir, nos tomará por sorpresa. Ahora, si bien será sorpresivo, esto no significa que nos encontrará desprevenidos, pues los cristianos debemos estar preparados para este evento.
Nuestra actitud vigilante
El Señor quiere que nuestra actitud sea vigilante, es decir, que como no sabemos si vendrá mañana o ahora mismo, tenemos que estar todos los días con una actitud vigilante, con nuestros sentidos espirituales despiertos.
Si supiéramos la fecha, no velaríamos ni oraríamos como manda el Señor en el texto bíblico, ya que el desconocimiento de esta fecha es un motivo para orar, velar y estar atentos.
Por supuesto que el mandamiento para que velemos no se refiere a una vigilia en la carne, sino a una actitud vigilante en el espíritu. De lo contrario jamás podríamos dormir, lo cual es imposible y contraproducente.
Falsas profecías
No se extrañen por la oleada de falsas profecías que andan por ahí. Está escrito que muchos vendrán en el nombre del Señor para engañar con falsas doctrinas, pero nosotros ya tenemos el mandamiento:
Como ven, muchos dirán “aquí está Cristo”, y otros – como ahora – dirán (y están diciendo) “esta es la fecha”. No les creas, pues afirmar tal cosa es antibíblico, y Dios no contradice su palabra.
No hay numerología ni adivinación posible para conocer esta fecha, simplemente todos los intentos han fracasado, y seguirán fallando, pues la palabra de Dios es verdadera y tiene que cumplirse, y para que se cumpla, se tiene que dar la condición de que “cuando no pensemos”, ahí vendrá. Algunos pensaron que vendría el 21 de mayo, y resultó imposible por causa del cumplimiento de la palabra de Dios.
Debemos mantener nuestra fe en lo que es bíblico, esto es, en que un día que no sabemos cuando sea, Jesucristo vendrá sorpresivamente, y para ello debemos estar preparados con una actitud vigilante, como si fuera a venir ahora mismo.
¡Dios te bendiga!
Artículo relacionado: 21 de mayo de 2011 ¿fin del mundo?
Pero ¿Cómo podíamos estar tan seguros en que no le atinarían a la fecha? Simplemente por que la Biblia enseña que ninguno de nosotros conoce el día ni la hora de la venida de Cristo. Sólo el Padre sabe el día en que ocurrirán todas estas cosas.
Vamos lo que dice la Biblia al respecto:
“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.” (Mateo 25:13)
“Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.” (Marcos 13:33)
“Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.” (Marcos 13:32)
Ante tan abrumadora evidencia bíblica, no queda otra que aceptar el hecho de que no nos corresponde a nosotros saber lo que está sólo en conocimiento del Padre. Es notable que ni los ángeles, ni aún el Hijo mismo sabe cuando será ese día. Sólo el Padre sabe y nadie más.
No existe excepción a esta regla
Alguno dirá que “pero Dios me reveló”, lo cual sería una excepción, después de todo, Dios puede revelar lo que quiera a quién quiera. Pues en ninguna parte de la Biblia se indica alguna excepción a la regla de la fecha sólo sabida por el Padre. En ninguna parte hay alguna insinuación posible sobre alguna revelación futura a los cristianos sobre esta fecha. No hay nada de eso. En la Biblia, el conocimiento de la fecha del juicio final sólo le corresponde a el Padre.
“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.” (Mateo 24:36)
Al decir “sólo” mi Padre, se excluye inmediatamente cualquier intento de excepción a esta regla. Es definitivo, sólo el Padre tiene el conocimiento de ese día.
El Señor vendrá sorpresivamente
Si ya conociésemos la fecha, el siguiente texto (y muchos otros) queda invalidado:
“Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.” (Lucas 12:40)
El Señor viene a la hora en que no pensamos, es decir, nos tomará por sorpresa. Ahora, si bien será sorpresivo, esto no significa que nos encontrará desprevenidos, pues los cristianos debemos estar preparados para este evento.
Nuestra actitud vigilante
El Señor quiere que nuestra actitud sea vigilante, es decir, que como no sabemos si vendrá mañana o ahora mismo, tenemos que estar todos los días con una actitud vigilante, con nuestros sentidos espirituales despiertos.
“Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.” (Mateo 24:42-44)
Si supiéramos la fecha, no velaríamos ni oraríamos como manda el Señor en el texto bíblico, ya que el desconocimiento de esta fecha es un motivo para orar, velar y estar atentos.
Por supuesto que el mandamiento para que velemos no se refiere a una vigilia en la carne, sino a una actitud vigilante en el espíritu. De lo contrario jamás podríamos dormir, lo cual es imposible y contraproducente.
Falsas profecías
No se extrañen por la oleada de falsas profecías que andan por ahí. Está escrito que muchos vendrán en el nombre del Señor para engañar con falsas doctrinas, pero nosotros ya tenemos el mandamiento:
“Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos.” (Marcos 13:21-22)
Como ven, muchos dirán “aquí está Cristo”, y otros – como ahora – dirán (y están diciendo) “esta es la fecha”. No les creas, pues afirmar tal cosa es antibíblico, y Dios no contradice su palabra.
No hay numerología ni adivinación posible para conocer esta fecha, simplemente todos los intentos han fracasado, y seguirán fallando, pues la palabra de Dios es verdadera y tiene que cumplirse, y para que se cumpla, se tiene que dar la condición de que “cuando no pensemos”, ahí vendrá. Algunos pensaron que vendría el 21 de mayo, y resultó imposible por causa del cumplimiento de la palabra de Dios.
Debemos mantener nuestra fe en lo que es bíblico, esto es, en que un día que no sabemos cuando sea, Jesucristo vendrá sorpresivamente, y para ello debemos estar preparados con una actitud vigilante, como si fuera a venir ahora mismo.
¡Dios te bendiga!
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